En el municipio de Charcas, la actividad misional y religiosa experimentó un constante aumento. Durante la época colonial, la región contó con parroquia y convento, albergando además otra iglesia significativa y una importante capilla. La iglesia de Jesús Nazareno destacaba, siendo sede de las cofradías del Señor de la Caída, de Jesús Nazareno y de Nuestra Señora de los Dolores. En su esplendor, la iglesia conservaba el altar mayor, el de Jesús y el de La Soledad, todos ellos de madera sobredorada, aunque hoy en día se encuentren en estado de casi abandono. Recientemente, un rayo destruyó la torre. Originalmente, Charcas tenía una jurisdicción extensa. En 1591, al erigirse el Convento de San Sebastián del Venado, se redujo su extensión hacia el sur. Más tarde, en el siglo XVII, con la fundación de las remotas misiones del norte, la jurisdicción se recortó aún más. Además, el descubrimiento de las fabulosas minas del Real de Catorce llevó a la necesidad de erigir una nueva parroquia en su territorio. Naturalmente, todos estos eventos contribuyeron a la disminución de la actividad misional en Charcas.